(Iglesias Viqueira)
Hace cinco años se detectaron partículas en suspensión 16 veces más de lo permitido.
La dirección del Colegio Público de Porto-Cabeiro, en la parroquia de Vilar, ha pedido a las autoridades sanitarias que midan otra vez las partículas en suspensión, tras haber tenido que suspender las clases de gimnasia en la pista polideportiva y en el campo de fútbol, a consecuencia de la nube de polvo que levanta el incesante tránsito de camiones, muchos de ellos de gran tonelaje.
No menos de setenta camiones, una veintena de cemento, y otros vehículos pesados, giran en una explanada próxima al centro, lo que hace la atmósfera irrespirable. Con el profesorado, son unos doscientos alumnos afectados por esta medida cautelar, ya que, hace cinco años otro control descubrió la presencia de partículas en suspensión dieciséis veces por encima de lo permitido.
Para los responsables del centro, la solución es sencilla: que Montes o el Concello asfalten la explanada conflictiva, o que la Delegación de Educación conceda el gimnasio solicitado. Además de lo expuesto ayer, también la lluvia impidió las clases de Educación Física.
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