Caso real de una familia de Redondela, Pontevedra, que tiene que soportar vivir al lado de una empresa de hormigón ilegal
jueves, 14 de abril de 2011
A la undécima va la vencida
A punto de cumplirse dos semanas desde el undécimo precinto de las instalaciones ilegales de la cementera de Vilar, debo decir con gran alegría que esta vez sí los han respetado y en estos momentos la planta de hormigón trabaja bajo mínimos. Tal y como había explicado en anteriores ocasiones, los cuatro elementos precintados suponen el 90% de su capacidad productiva, al contrario de la versión que pretendía alegar la empresa, de que su instalación se debía a razones medioambientales. La verdad se descubre tarde o temprano y la situación actual de la planta demuestra que lo que en realidad se pretendía era ampliar la producción ilegalmente, provocando en consecuencia muchas más molestias, dado el volumen de actividad que habían llegado a alcanzar con los nuevos elementos. Con éstos precintados, sin embargo, la actividad ha pasado a ser infinitamente menor, limitándose a unas cuantas hormigoneras al día a las que se une la excavadora que da vueltas por el recinto de vez en cuando. Y pensar que esto tenía que haber sucedido ya en 2008 ... Así pues, la relativa tranquilidad ha vuelto a nuestras vidas, tras el pequeño disgusto que nos llevamos al enterarnos de que tendríamos que esperar como mínimo 2 meses hasta que el Concello llevara a cabo el cierre total, y no los 10 días que nosotros pensábamos (cosas del artículo 104 LJCA). http://www.farodevigo.es/comarcas/2011/04/02/concello-debe-paralizar-meses-actividad-cementera-vilar/532205.html Lo que nos preguntamos es qué ha cambiado esta vez, después de diez veces, ¿qué ha hecho que en esta ocasión decidieran cumplir la resolución y ajustarse a la ley?, ¿salir en tv?, ¿ser pillados infraganti?¿alguien les ha dado un ultimatum?. Ni idea, el caso es que mientras dure la calma intentaremos disfrutarla, eso sí con la mosca detrás de la oreja ya que tenemos claro que el monstruo está herido pero no muerto y ya se sabe que en ese estado puede ser aún más peligroso. Siguiendo este mismo razonamiento, me gustaría, para finalizar, comentar un desagradable incidente que sucedió el pasado miércoles 13 por la tarde: El día fue bastante agitado para los pocos empleados de la cementera, que a lo largo de la mañana mantenían discusiones y gritaban entre ellos. Aunque ya estamos acostumbrados a este tipo de comportamientos, ahora destaca más dado el silencio reinante. Por la tarde, mientras mi padre quitaba hierbajos debajo de un manzano, yo hacía lo propio un poco más abajo, de tal forma que al estar agachada en ese lugar no se me veía desde la planta. De nuevo se oyeron unos gritos y mi padre se levantó cuando oímos "¿Qué estás mirando? hijo de p... me c... en la madre que te p..." Yo seguí a lo mío cuando mi padre se me acercó y me dijo "Oye, me acaban de insultar", y yo "¿A tí?, ¿quién?". Entonces me fijé en tres empleados, uno a la izquierda y dos juntos unos pasos a la derecha, en el alto, al lado de la caseta precintada, mirándonos. El de la izquierda se reía y los otros dos (uno de los cuales había proferido los insultos) ahora callaban. Me quedé al lado de mi padre mirándolos, que se dieran cuenta de que no estaba solo, que se atrevieran a insultarme a mi también. Los de la derecha hablaron algo entre ellos, dieron media vuelta y se fueron, el otro los siguió. ¡Qué mal rato!. Una está tan tranquila y de pronto pasa algo tan desagradable. No hay que darle mayor importancia, no es la primera vez que sucede y desgraciadamente no será la última. Sabemos que hay tensión, tiene que haberla ya que son sus puestos de trabajo los que se han visto afectados, pero nosotros no tenemos la culpa de que la empresa esté ilegal, sólo defendemos nuestros derechos. Confío en que esta situación no pase a mayores y que los afectados comprendan que llevamos 22 años soportando una cementera ilegal al lado de nuestra casa, mientras otros llevan 22 años ganando dinero a costa de ello, que esta empresa crearía los mismos puestos de trabajo en un polígono industrial, y que si entras a trabajar en una fábrica ilegal, estos son los riesgos que corres.
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