viernes, 10 de octubre de 2008

Redondela en polvo

Estos casi 20 años de lucha me han servido para conocer los entresijos e ilegalidades que pueden cometer algunos con tal de conseguir lo que pretenden.

Personalmente creo que uno de los puntos fuertes de esta empresa, así como supongo que de cualquier otra, son los contactos. Si el empresario es un don nadie y no cuenta en su haber con las conexiones necesarias, no le quedará más remedio que ajustarse a la ley y hacer las cosas más lentas, pero mejores. Pero, ay, si tiene los amigos necesarios en determinadas ramas, puede hacer lo que le da la gana sin que nadie le tosa. Desgraciadamente, mucho me temo que en mi caso, el empresario es de esta segunda clase.

Ya he hablado antes del polvo que produce esta empresa, así como de la solución chapuza que resultó ser la colocación de aspersores de riego para mitigarlo.
Mi insistencia en este tema a la hora de continuar con mis denuncias por el polvo, es bastante comprensible, dado que en estos 20 años no se ha hecho absolutamente nada para controlarlo o evitarlo, lo cual es mi pretensión, siendo como soy el principal perjudicado.
Por parte del Ayuntamiento de Redondela, poco puedo decir. Su actuación en cuanto al polvo producido ha sido practicamente nula, pues no disponen de los medios necesarios para controlar la situación, o eso dicen. Los que sí pueden son los de la Consellería de Medioambiente, que ordenó realizar mediciones periódicas a través de una empresa especializada. Por mí perfecto, de este modo se podría demostrar que mis denuncias son ciertas, y al menos corregir la situación.

Pero aquí es dónde viene lo de los contactos. Se colocaron aparatos de medición a lo largo del recinto, que periódicamente (los lunes) eran sustituidos por otros para evaluar la cantidad de polvo producido. Sin embargo, cuál fue mi sorpresa al comprobar un domingo, como manipulaban los aparatos, que serían sustituídos al día siguiente. Vecino como soy de la empresa, lo cierto es que no me fue difícil verlo, ya que me bastó con asomarme a la ventana. En un primer momento no me lo pude creer, ya que consideraba que quizá no estaban siendo manipulados, sino que tal vez estarían realizando algún ajuste, o algo semejante. Sin embargo, cuando el informe salió favorable para la empresa y se declaró que no producía polvo, ya era demasiado tarde. Mis reclamaciones no servirían para nada, y no podía demostrar lo que había visto con mis propios ojos.

Lo que sí puedo hacer ahora es demostrar que se continúa con la emisión de grandes nubes de polvo en suspensión, (que no de humo de una chimenea, como me dijo entre risas, el Señor Alcalde de Redondela)

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