Galicia ha sufrido recientemente los efectos del temporal que ha dejado a muchos sin luz y teléfono. Nosotros hemos sufrido nuestro propio temporal, con idénticas consecuencias. No ha sido el mal tiempo, las lluvias o el viento lo que nos ha dejado sin servicio, sino una vez más la cementera que tenemos al lado.
A media mañana del jueves 5 de febrero un estruendo nos sobresaltó. A los pocos segundos pudimos comprobar como la corriente eléctrica se debilitaba y los electrodomésticos que estaban en funcionamiento se encendían y apagaban. El teléfono estaba muerto. Al salir de casa comprendimos lo que había ocurrido. Uno de los camiones que transportan los materiales para la empresa había salido de la misma con el remolque levantado y había arrastrado de forma implacable los postes de la luz y del teléfono, destrozándolos y rompiendo todo el cableado que llega hasta nuestra casa. Ni corto ni perezoso, el camionero, que había parado unos momentos, terminó de recoger el remolque y huyó del lugar, sin responsabilizarse de nada.
Tengo que decir que esta no es la primera vez que pasa esto, ni la segunda, y así lo reconocieron algunos de los empleados de la empresa, que argumentaron que el camionero no tenía nada que ver con ellos. Se ofrecieron a conectarnos el teléfono, y para mi sorpresa, no sé qué tipo de conexión llegaron a hacer, pues me preguntaron si ya tenía línea. Es increíble el chanchullo que tiene esta empresa con los cables de luz y teléfono que tienen en su recinto. Me pregunto que si tocando ellos allí me pueden dar línea, ¿no me la pueden quitar también o manipularla de alguna forma?.
Las veces anteriores habíamos llamado a FENOSA y a TELEFÓNICA que se encargaron de arreglar, debo decir que emparchando la rotura, el desaguisado. Pero esta vez, los daños eran de tal magnitud que llamé a la policía.
La patrulla llegó en poco tiempo, y aunque yo ya había llamado para que arreglasen el problema, la propia policía se encargó de llamar a la compañía eléctrica y de telefonía. Mi "vecino", alguien que se opuso en un principio a la cementera y que ahora mantiene una estrecha relación con ella, estaba presente, digamos " en representación " de la empresa. La policía quería saber quien era el camionero que había causado los destrozos y nos perguntó si lo habíamos visto, cuando les dijimos que sí, este hombre que hasta entonces había guardado silencio, comentó que por supuesto que sabía quien era, pues el camión era suyo y el conductor su hijo, que tardaría un poco en volver, y que lo malo era que la empresa se había quedado sin luz. Menos mal que el policía le aclaró que todos éramos perjudicados, porque si no ...
Al menos me queda el consuelo de que en unas horas nos devolvieron la luz, aunque de forma provisional, tardó más tiempo el teléfono, que a día de hoy todavía está emparchado y con los cables rozando el suelo, pues tienen que cambiar toda la instalación.
A pesar de que en un primer momento la policía parecía interesada en identificar al responsable, e incluso ir a su casa, se marcharon del lugar rápidamente, y según parece no consta ningún informe realizado por ellos sobre lo acontecido, tan sólo mi llamada quedó registrada, nada más.
Espero que a pesar de esto alguien responda por lo que ha hecho, y no se vuelva a repetir, aunque mucho me temo que me queda mucho temporal que capear.
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