Tras la sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 1 de Vigo, dentro del procedimiento especial de protección de derechos fundamentales, de la que resultaba la paralización y cese total de la actividad de la planta de hormigón en horario nocturno, visto el total incumplimiento por parte de la empresa y nuestras reiteradas protestas para que el Ayuntamiento de Redondela hiciese algo que lo remediara, el pasado 5 de Agosto dictó una Resolución de la Alcaldía sobre esta cuestión.
Así, el Concello resolvió ordenar a la entidad que diese cumplimiento de forma inmediata al acuerdo adoptado en el Pleno, cumpliendo con lo establecido en la sentencia, advirtiéndole "que en caso de desobediencia podrán dar cuenta al juzgado de lo penal, al objeto de depurar responsabilidades a las que hubiera lugar por delito de desobediencia tipificado en el artículo 556 del Código Penal."
Pues bien, visto esto, la planta de hormigón, como siempre, se pasó la resolución, la sentencia y la advertencia por donde ya sabeis, y sigue trabajando como si nada, ya que nunca tuvo la más mínima intención de parar, ni creemos que lo vaya a hacer.
Diez días más tarde, el Ayuntamiento presentó escrito ante el juzgado, para ver si estas actuaciones son susceptibles responsabilidad penal.
Durante este tiempo, desde la sentencia hasta hoy mismo, la presencia de la policía local se hizo imprescindible para dar cuenta del incumplimiento y hacer un seguimiento del mismo. Todo ello ha dado como resultado la existencia de numerosos partes policiales informando sobre la actividad de la empresa, incluso con testimonios de los empleados reconociendo que trabajan de noche en las obras del AVE, haciendo el turno nocturno 4 camiones durante el mes de agosto. Pero si creen que por decir 4 camiones ya es un atenuante se equivocan. Si usan 4 es porque en estos momentos no necesitan más, si aumentara el trabajo aumentaría su número. Que carguen 4 camiones durante las noches no significa menos ruido, ya que lo hacen varias veces, yendo y viniendo. Por si fuera poco, la maquinaria que entra en funcionamiento sigue siendo la misma, ya carguen 4 ó 40, y el ruido que provocan a altas horas de la madrugada te despierta y te sobresalta de igual modo.
Con este panorama, lo único que nos queda por hacer es tomar nosotros también medidas legales para conseguir nuestro objetivo, y que se paralice la actividad ilegal. Pero la moral está muy baja y esta desobediencia supone un golpe más hacia nosotros, que nos vemos obligados a aguantar no sólo la actividad diurna, también la nocturna y la chulería del empresario y de algunos empleados, que se sienten invulnerables y con derecho a hacer lo que les da la gana.
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