El comportamiento absurdo de la corporación llega hasta el punto de llevar a sesión plenaria el hecho de cumplir con lo establecido en la actual sentencia de derechos fundamentales, es decir, decidir en votación si acatar o no la sentencia e impedir que la planta de hormigón trabaje en horario nocturno.
Resulta de todo punto bochornoso que se decida por votación cumplir o no con una sentencia, como si hacerlo dependiera de la voluntad de los miembros de la corporación municipal, ya que de ser así no cabe duda de que no lo harían.
Como era de esperar varios miembros de mi familia estuvimos presentes, siendo conscientes de que se trataba de un mero trámite y que la cuestión sería tratada con la mayor brevedad posible. Así fue, casi sin darnos tiempo de tomar asiento se trató el tema, con la intervención del Concejal del PG, quien manifestó que su partido no quería cerrar ninguna empresa, pero que tampoco quería que los vecinos sufrieran molestias, así que se abstuvo, así como de un concejal del PP, que se refirió a la incongruencia que suponía llevar este tema al pleno, cuando las sentencias hay que ejecutarlas, no votarlas. Por lo tanto, siendo 19 votos a favor y 2 abstenciones, se aprobó cumplir con lo establecido en la sentencia de protección de derechos fundamentales, modificando tal y como ésta establecía la resolución municipal, facultando a la empresa a continuar con su actividad diurna y obligando a su paralización y cese total de la actividad en horario nocturno.
Por lo demás, cabe destacar del pleno, sin entrar a comentar el resto de los puntos que trataron, la presencia de un grupo de vecinos descontentos, que teniendo en cuenta la gestión municipal y la cantidad de frentes abiertos que existen, no es de extrañar.
Pero la conclusión más importante que pudimos sacar de aquel circo fue precisamente esa, el pleno fue un auténtico circo, una vergüenza ajena para los ciudadanos, ya que los miembros de la corporación municipal no tienen ni eso, ni vergüenza. Frente a los temas más triviales, ellos se enfrentaban, se insultaban, se reían unos de otros, en fin, un comportamiento bochornoso del que hicieron gala, sin importarles la presencia de los demás, que atónitos asistíamos al espectáculo.
El Concejal del PG, lejos de estar en plenitud de facultades, manifestaba sus opiniones de forma incoherente, convirtiéndose en un auténtico bufón, siendo tolerado con sorna por su amigo el alcalde, como si se tratase de dos colegas en un bar, mientras recibía las burlas de los demás, especialmente de un concejal del PP, que olvidando que se trataba de un pleno, hizo gala en cada una de sus intervenciones de un sentido del humor propio del Club de la comedia, pero inadecuado en el lugar y momento en el que se encontraba. Las burlas llegaron hasta un punto, en el que si bien, en un primer momento el estado del Concejal del PG le impedía reaccionar contra ellas, le acabaron encendiendo, y perdiendo los pocos papeles que le quedaban profirió amenazas contra su adversario político, lo cual sólo incrementó la mofa de la que estaba siendo objeto.
Por si esto fuera poco, las intervenciones del resto de los miembros fueron en la misma línea. La líder de la oposición (PP), hizo gala como siempre de sus pocas luces, siendo objeto de burlas por su verborrea incontrolada; el Concejal de Urbanismo se llenaba la boca diciendo que el ayuntamiento de Redondela no defiende a una empresa, sino a los ciudadanos (lo que se aplica perfectamente a mi caso); y el Alcalde zanjó una discusión sobre el procedimiento a llevar a cabo en las intervenciones con su consabido "aquí mando yo", además de manifestar con intolerable hipocresía que las puertas de su despacho están abiertas para todos los que tengan algún problema, lo cual no hizo más que crispar a los vecinos presentes.
Una vez visto esto, no me extraña haber oído por parte del ayuntamiento que "en estos momentos no hay nadie competente para atenderle", si es que en realidad No hay nadie competente y punto. Y pensar que estamos en manos de estas personas ...
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