Nuevo precinto, nuevo incumplimiento

Diez meses ha tardado el Juzgado Contencioso-Administrativo núm. 1 de Vigo en dictar un auto que permitiese la entrada en la planta de hormigón y llevar a cabo el precinto y la clausura de las actividades sin licencia de la cementera. Diez meses que se dice pronto, pero que no son fáciles de aguantar, sabiendo que esa actividad te está torturando día y noche.

El despliegue por parte del Concello de Redondela tuvo lugar el pasado miércoles 23 de Septiembre, a las 10,30 horas.

Se reunieron en el lugar nada más y nada menos que: un arquitecto, un arquitecto técnico, un oficial responsable de la Policía Local, la secretaria del Concello, varios efectivos de la Policía Local, un electricista y tres operarios del Concello, todos ellos para llevar a cabo los precintos.

Se aseguraron igualmente de que no se procediera por parte de la empresa a obstaculizar la actuación de los efectivos, haciéndole saber a la responsable de producción de que en caso de retirar los precintos se procedería a dar cuenta al Juzgado de Guardia pudiendo incurrir en desobediencia a la autoridad.

A las 12,20 todo había acabado, indicando que se llevaría a cabo por parte de la Policía Local un control de los precintos.

Dicho y hecho, esa misma tarde los precintos ya estaban rotos y las actividades en funcionamiento, como siempre. Ahora de nuevo al juzgado y vuelta a empezar.

¿Y eso en qué situación nos deja?, pues en la misma de siempre, desanimados, hundidos, con una rabia y una impotencia muy difíciles de soportar. Nos sentimos indefensos ante tanta injusticia. Habrá un nuevo juicio, que de nuevo ganaremos, y una sanción económica que a la empresa le dará la risa, y mientras tanto siguen trabajando, día y noche, haciendo un ruido que no tenemos por qué seguir soportando, pasando por encima de la ley y haciendo lo que les da la gana.

A veces creo que nadie podrá pararlos, ni siquiera un juez. ¿Cómo es posible que una empresa sea tan poderosa?, cometiendo tantas infracciones, sin licencia, con sus instalaciones ilegales, al lado de viviendas, de un colegio, sancionada en múltiples ocasiones, y aquí sigue, como si tal cosa, ganando dinero y recibiendo subvenciones de la Xunta de Galicia para no contaminar. Porque se me olvidaba comentar, que una de las instalaciones ilegales, una de las que precintaron fue construida con el dinero de una subvención de la Xunta de Galicia. Es indignante.