"Va camino de entrar en el record Guinness", escribía el pasado sábado un periodista de Faro de Vigo al narrar por octava vez el precinto de los elementos ilegales de la cementera de Vilar. Y es que nada mejor que tomarse con humor el espectáculo tan lamentable que están dando tanto el Concello de Redondela como la planta de hormigón.
Unos por insistir en algo inútil, sin plantearse otras opciones y otros por seguir burlándose de la ley amparándose en la necesidad de trabajar.
Ocho veces han sido precintados los tres elementos y dos el silo, ya que muy amablemente el Ayuntamiento ha unido los dos precintos para que se realicen simultáneamente, al igual que simultáneamente la empresa los ha roto minutos más tarde.
La prensa sigue interesada en el juego, siendo esta vez Faro de Vigo y La Voz de Galicia los medios presentes, a los que me gustaría agradecer su interés ante tan repetitiva situación.
Como judicialmente seguimos a la espera de las respectivas resoluciones, que darán aire o nos hundirán un poquito más, sólo me queda decir que para empeorar más las cosas la empresa parece trabajar más que nunca. De buenas a primeras se han multiplicado las hormigoneras que trabajan en ella, llegando y cargando en grupos de tres o cuatro, lo que aumenta el volumen de ruidos y de actividad molesta. Nuevas hormigoneras, con otros colores distintivos, todavía sin "tunear" con los colores de la casa llegan a todas horas, y por supuesto también por la noche, cuya actividad no ha cesado.
Todo ello unido al buen tiempo ha aumentado el polvo que se "respira" en el ambiente, algo que ha remarcado uno de los periodistas desplazados a la zona al hacer referencia a las molestias que el polvo en suspensión provoca.
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