Muchos habréis pensado que estos cinco meses de silencio se han debido a las últimas resoluciones favorables acerca de la cementera. Sin embargo, La paralización total de la actividad, así como la ratificación de la suspensión de las nuevas instalaciones han resultado una utopía.
A día de hoy, la cementera de Vilar no ha interrumpido en absoluto su actividad, continuando impunemente con ella, manteniendo el mismo ritmo de trabajo.
Nuestro silencio pues, se ha debido a un exceso de prudencia de nuestra parte, que esperando a que la justicia actúe, hemos decidido centrar todos nuestros esfuerzos en ella, sin que nuestras opiniones o comentarios personales pudieran influir de alguna manera en el asunto en cuestión.
Con varios procedimientos judiciales abiertos, esperando a que alguno se resuelva, estos meses podrían resumirse en dos titulares: "la empresa continúa con su actividad con normalidad" y "la cementera ha iniciado los trámites para legalizar sus instalaciones".
En cuanto al primer titular, no cabe duda el nulo esfuerzo de la empresa por minimizar las molestias que ocasiona, ya no hablemos de trasladar la producción a otras plantas. Lo único destacable es la reducción en su actividad nocturna, (que no suspensión), por supuesto por razones ajenas a su voluntad, ya que las famosas obras del AVE se vieron interrumpidas en varias ocasiones, trayendo consigo esta afortunada consecuencia para nuestro descanso diario.
En cuanto a la legalización de las instalaciones, el que la empresa haya iniciado los trámites implica, en primer lugar que si tienen que legalizarlas es porque efectivamente están ilegales, y en segundo, un intento de frenar desesperadamente la paralización de la actividad.
Así pues, el pasado 22 de Septiembre, se expuso en información pública, tanto en el Ayuntamiento de Redondela como en el BOP de Pontevedra el anuncio de la solicitud de legalización de las obras a Aguas de Galicia, organismo competente para ello.
Me gustaría poder hablar de estos trámites, pero de nuevo la prudencia me lo impide.
Aunque os extrañe, sólo diré que no nos cabe la menor duda de que al menos estos permisos de Aguas de Galicia los conseguirán, lo que podría suponer un duro golpe para nuestra causa y es que después de tantos años, nuestro "instinto" no suele equivocarse.
Tal vez más adelante pueda aclarar en qué se fundamenta nuestro "instinto" y si tenemos razón y le conceden los permisos, explicaré cómo un organismo le puede dar licencia a una empresa con semejantes antecedentes.
Hasta la próxima.
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