jueves, 3 de octubre de 2013

Reflexiones personales sobre la Moción


Tras haber analizado los argumentos jurídicos que consideramos avalan claramente nuestra petición, ha llegado la hora de hacer una reflexión personal de todo lo ocurrido.

Antes de entrar en el acto de la moción en sí, es imprescindible explicar la inmediata actualidad de la planta de hormigón:
 Después de una temporada prácticamente sin actividad, la llegada de Septiembre trajo consigo movimientos en la cementera que hacían indicar que volverían al trabajo. Efectivamente, como imaginamos, la actividad se reanudó, en mayor o menor medida, según sus necesidades y casi siempre de manera que yo tildaría de disimulada o clandestina, aparentando una paralización inexistente y cuidándose muy mucho de ser cazados infraganti en plena tarea.
Esta estrategia, resulta completamente absurda, pues pegados como estamos a las instalaciones, su funcionamiento no puede pasar desapercibido. Los ruidos, más molestos si cabe tras la paralización y el mal estado de la maquinaria, son inevitables e inconfundibles.
Como la reanudación de la actividad era intolerable, especialmente tras las últimas novedades judiciales, decidimos mover ficha cuando recibimos la propuesta de AER de presentar una moción en el pleno para garantizar la protección de nuestros derechos reconocidos judicialmente mediante la paralización de la actividad de la planta.
Los tres acuerdos que se intentaban aprobar: la ejecución de la sentencia, el precinto de los accesos y la petición de perdón, sinceramente me parecían una utopía. Son muchos años ya y sé que nada positivo saldrá nunca del Concello.
¿Pero por qué?, contando con el respaldo judicial, con críticas directas hacia su inactividad, los incumplimientos de sus obligaciones legales, de las innumerables irregularidades cometidas, ¿por qué el Concello se agarra a cualquier posibilidad que le permita no cerrar la planta y prolongar este suplicio en el tiempo?. ¿Están velando realmente por los intereses del Concello?.

Tras oír las intervenciones de los portavoces políticos en el pleno, me llama poderosamente la atención la ausencia total de cualquier referencia hacia el daño que la continuación de la actividad de la cementera podría causar a los perjudicados. El daño es a la empresa y al Concello, ¿pero qué ocurre con nosotros?. Y no me refiero a que tengan un mínimo de empatía o comprensión (no lo espero y no están ahí para eso) sino a que ha quedado acreditado judicialmente el perjuicio que nos causa y que cada uno de ellos está permitiendo. ¿Pero son realmente conscientes de ello o se  limitan a dejarse llevar por lo que les dicen?.
Reconozco que si a mi me cuentan: "si la cerramos hay que pagar 33 millones, y si no, no pasa nada", lógicamente yo también votaría en ese sentido y me olvidaría del tema.
Pero si escarbas un poco, profundizas y ves que uno tras otro, los argumentos del Concello (dejando a un lado a la empresa) fueron desestimados con contundencia, ¿no les entran dudas sobre si la asesoría jurídica podría estar equivocándose?. Entiendo que como es lógico deben tomar las decisiones basándose en unos informes técnicos, así manifiestan que lo ha hecho la anterior corporación y así continúa haciéndolo la actual. Si seguimos este razonamiento, y presumimos que el Concello jamás actuaría de mala fe, ¿no es esto lo que les llevó a estar enterrados hasta el cuello en manos de la cementera?.
Pero es que ahora hay una diferencia sustancial, mientras que antes no contaban con una segunda opinión para la toma de decisiones, ahora sí y lo dicho por la justicia contradice de plano los argumentos del Concello. Mientras la justicia decide proteger nuestros derechos, el Concello decide vulnerarlos y en base a las afirmaciones de sus servicios jurídicos.
Y ahí es a dónde quería llegar. Los portavoces siguen las indicaciones, pero ¿de quién?. Reconozco que ignoro quiénes forman parte de los servicios jurídicos del Concello que asesoran en este caso, sólo conozco a dos: el abogado y la secretaria. Teniendo en cuenta que ella es la principal asesora jurídica y conocedora de este tema y que por ello intervino en el pleno, se convierte en el foco de nuestra atención.
Esta señora, que desde hace unos cuantos años se encarga de manejar los asuntos del Concello (tanto de la anterior corporación, como de la actual), tanto es así que la consideramos en cierto modo "la alcaldesa", hace alarde en el pleno de una suficiencia y superioridad que me dejan atónita. Primero, por convertir una obligación legal en una especie de heroicidad, al decir que si un juez lo ordenase, ella sería la primera en cerrar la cementera. Como si no tuviese la obligación legal de hacerlo o nos estuviese haciendo un favor. Yo creo más bien que habría muchas probabilidades de que si un juez ordenase el cierre, primero recurriría la sentencia para que fuese un tribunal quien decidiese. Ya si el tribunal ordenase el cierre y con la sentencia bien firme, les diría que habían cometido un error (involuntario, eso sí) y les pediría que rectificasen, aún sabiendo que esto no podría ser. Ya de nuevo con la orden de cierre en la mano, respondería que no era posible ejecutarla y después de recibir respuesta de la inexistencia de cualquier imposibilidad, alegaría que no sabe como hacerlo.
Esto es así, lo ha hecho antes y lo volvería a hacer y lo considero una muestra de hipocresía que me revuelve el estómago.

Iltmos Sres:
Alfonso P.C.
Juan Carlos T.A.
José Antonio M.B.
Julio C.Y-P.
José Antonio G.C.
Pablo M.M.
Francisco Javier D.V.
Carlos M-B. P.
Ana L.G.
María José Q.A.
José Manuel C.G.
José María A.M.
Cristina María P.E.
Antonio M.Q
María Azucena R.G

Estos son los nombres de los jueces-magistrados y miembros del Consello Consultivo de Galicia, que desde sus juzgados y tribunales fallaron a nuestro favor en sus sentencias.
¿De verdad puede la Secretaria del Concello mirarme a los ojos y decirme que todos ellos se equivocaron y ella está en posesión de la razón?. Y todos los Concejales que votaron en contra del cierre de la cementera en el pleno, ¿hacer oídos sordos a la justicia basándose en las afirmaciones de una persona, les deja con la sensación de velar por los intereses del Concello?. Si ponemos a un lado de la balanza una indemnización que ya la propia ley contempla como una "posibilidad", cuya cuantía es completamente fantasiosa y disparatada, además de que con los reiterados incumplimientos, ilegalidades y desobediencias de la cementera resulta imposible su concesión y al otro lado el padecimiento de una familia durante 24 años, la vulneración de sus derechos fundamentales, la defensa de un medio ambiente adecuado y la protección de un Colegio de Primaria, ¿qué pesa más?, o mejor, ya que todo se mide en términos económicos: ¿cuánto vale mi vida?, ¿y la de mi padre?.
¿Es que sólo ven 33 millones frente a ... cuánto?, ¿cero?, ¿nada?.

No Señores, ya basta. Basta de poner excusas, de mentir, de "alterar" la verdad a su conveniencia.
¿Qué no son 24 años de ilegalidad?, ¿Qué una parte importante tiene licencia?: Entonces que me explique por qué la cementera solicitó a Aguas de Galicia los permisos no sólo de las nuevas instalaciones, no señora, sino que incluyeron casi todas las de la planta original, Sí, esa que según usted tiene licencia. Si la tienen ¿para qué la piden?.
Vamos, ya está bien. Del 89 al 98 no tenían NADA y la licencia del 98 es NULA de pleno derecho. Estamos en 2013, son 24 AÑOS.

Que al final los culpables seremos nosotros, claro que sí. Que como dijeron en el pleno, no es la corporación quien tendría que pedir perdón, sino el CONCELLO, ya que los miembros de la actual corporación no tuvieron nada que ver con aquello. Pues si el CONCELLO provocó este marrón, ahora se lo tiene que tragar, caiga quien caiga. Porque aquí cada uno carga con su cruz y yo llevo desde que tenía 9 años cargando con esta que el CONCELLO causó y defendió y he visto y vivido el sufrimiento de mi familia.

Una cosa les digo, que no se preocupen por pedirnos disculpas. No las necesito, No las quiero y No se las acepto, ni a estos ni a los anteriores. Ya no.

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