viernes, 4 de julio de 2014

Aquí estamos, aguantando

Ya ha pasado algo más de un año desde que el juez del Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Vigo dictó el auto de ejecución forzosa de la Sentencia firme de Protección de los Derechos Fundamentales, donde determinaba que no existe imposibilidad legal ni material para ejecutar dicha sentencia por parte del Concello de Redondela.

Han pasado más de 4 años desde que dicha Sentencia nos daba la razón, indicando que la cementera no podía continuar su actividad al tener su licencia anulada.

Han pasado más de 6 años desde que el Concello inició el procedimiento de Declaración de Lesividad que les sirve de excusa, todavía a día de hoy para dejar que la planta de hormigón continúe su actividad.

¿Y dónde estamos nosotros?: Exactamente en el mismo sitio. Aguantando cómo siguen trabajando, y esperando respuestas.

Respuestas ¿de quién?. El Concello pasa de todo, como si no fuera con ellos. Dejan pasar el tiempo como si nada. Sinceramente, yo es que no veo diferencia entre unos y otros. Para mí son todos iguales.
Lo del juzgado ya es de traca. Lo siento pero es que no es normal que dejen un tema visto para sentencia 5 años y lo que nos queda. Que ya el año pasado el Concello se llenaba la boca diciendo que la sentencia de lesividad saldría antes de final de año, ¿pero de qué año?.
Es que se dice pronto, 6 años desde el inicio y 5 desde que está visto para sentencia. Acepto que hay casos urgentes, que los juzgados están colapsados, pero esto parece de chiste. Sobre todo cuando el retraso beneficia a los de siempre.
Y para colmo de mala suerte, la cementera, que se encuentra en fase de Liquidación del Procedimiento Concursal, no cierra. Al contrario, lleva unos días trabajando más de lo que últimamente era "normal". Vamos, que cerrarán las otras plantas y centralizarán la producción en esta.

Si es que ya no es indignación, es desesperación e impotencia. Es estar harto de siempre lo mismo, de que nadie haga nada, de que a ellos todo les salga bien, mientras estás en tu casa y no puedes ni estar tranquilo porque escuchas los camiones, "el arranque", todos los ruidos y piensas que debería estar cerrada desde hace muchos años. Y luego, alguien que te conoce te ve por la calle y te pregunta casi afirmando ¿pero está cerrada, no? y tienes que decir con media sonrisa que NO, aún están trabajando. Porque ¿qué otra cosa puedes hacer?.
Uno no puede protestar todos los días, es sencillamente agotador, y dejas que pase el tiempo, aguantando.

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